Quienes padecen alergia saben que les ha tocado una papeleta difícil de sobrellevar. El simple hecho de salir a la calle o soportar los cambios de estación les resulta realmente complicado e incómodo. En el momento en el que se empieza a tener un picor de nariz mayor del habitual o que, incluso, nos cuesta respirar, lo primero que solemos hacer es acudir al médico porque pensamos que se trata de alergia. Después vienen las pruebas de todo tipo para averiguar qué elemento o sustancia provoca esa irritación. Una vez averiguado, toca medicarse y seguir los consejos de los médicos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay una serie de remedios naturales que nos pueden ayudar a enfrentarnos a la alergia.
Uno de ellos sería ingerir vinagre de sidra de manzana en pequeñas cantidades unos momentos antes de salir a la calle, ya que este vinagre bloquea la histamina, una amina que liberan las células durante las reacciones inmunitarias. La mejor manera de tomarlo pasa por mezclar una cucharada de este vinagre con otra de miel dentro de una taza de agua templada.
Otro gran aliado contra la alergia es la ortiga, puesto que sus efectos son muy parecidos a los de los medicamentos utilizados para la alergia, pero además, cuenta con el añadido de no causar efectos secundarios tan incómodos como el sueño constante o la sequedad de la boca. Esta hierba suele tomarse en forma de pastilla con el extracto de sus hojas, aunque también cabe la posibilidad de tomarla en infusiones; unos 300 miligramos cada día serían suficientes para poder observar los efectos positivos de la ortiga.
Los aceites, en concreto los esenciales, también pueden paliar las molestias que produce la alergia. Es el caso de la menta, el eucalipto o la lavanda, cuyas gotas se mezclan con aceites como el de almendra o coco para posteriormente, realizar un masaje por el pecho. Pero sin duda, una de las acciones más importantes que debemos llevar a cabo para combatir mejor la alergia es enjuagarnos las fosas nasales dos veces al día, preferiblemente por la mañana y tras haber estado expuestos al aire libre. Con ello no solo ayudamos a que los más pequeños lleven mejor los efectos de la alergia, sino que al mismo tiempo, disminuye la necesidad de utilizar antihistamínicos.
Y esencial resulta también dificultar la incursión del polen en nuestros hogares. Con esa finalidad se aconseja tender la colada dentro de casa, cambiar las sábanas de forma habitual, dejar los cristales cerrados siempre que sea posible y lavarse el pelo al final de la tarde. En cambio, todos estos estos consejos deben ir acompañados por una dieta equilibrada y adecuada para ayudar a sobrellevar las alergias estacionales, por lo que se recomienda que ésta contenga ácidos grasos omega3 y que no imperen los productos excesivamente procesados. Los lácteos y los probióticos también pueden ser de gran ayuda de cara a fortalecer el sistema inmunológico, lo cual pondría las cosas más difíciles a las alergias estacionales.